¡Hoy exigimos!. En solidaridad con Sicilia.

Posted on abril 13, 2011

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México vive días oscuros. La pobreza e ignorancia sembrada con saña por los malos gobiernos PANistas y PRIistas que han explotado a nuestro país desde hace 62 años han rendido sus podridos frutos: violencia infrahumana y una población ultrajada, amedrentada, cabizbaja.

El capital de juventud con que cuenta México no se convirtió en la soñada generación dorada. Los millones de jóvenes que conforman la mayor parte de la población navegan perdidos y sin brújula por un mar de sangre y penas que inunda todos los rincones de este país.

Si bien es cierto que el PRI enegendró y amamantó al cachorro del narcotráfico, los PANistas y sus diez años de mediocridad lo convirtieron en una bestia desatada y sin control. Los infames PANistas arrojaron a las fuerzas policiales y militares corruptas y sin preparación a las calles de nuestras ciudades a combatir una guerra perdida de antelación. Lo que debieron hacer es armar una estrategia integral de combate a las mafias que involucrara llevar educación y empleo a las zonas de mayor reclutamiento de narcos, implementación de leyes sólidas para detectar el lavado de dinero, profesionalización intensiva de las fuerzas de seguridad, tratar el problema de las drogas como un problema de salud pública, no como un problema judicial y lograr un compromiso serio entre iguales con Estados Unidos, el gran mercader de drogas y armas en el mundo.

El saldo de las calenturas militares del pseudo-general de cinco estrellas llamado Felipe Calderón es de 38mil muertos, 7mil desaparecidos, 40mil huérfanos y viudas, un número indeterminado de personas violentadas y un nivel de impunidad obsceno. La pobreza y miseria sí estallaron en la primera década del siglo como los estudiosos lo predijeron, pero estalló sin ideología, sin gloria, sin estrategia y con dos únicos objetivos: hacer ricos a los administradores de la muerte en Estados Unidos y México y lograr que el PAN se convierta en un gobierno legítimo, cosa que no pudieron lograr en las urnas.

Los muertos no sólo han sido asesinados, sus cuerpos son mutilados y exhibidos con una saña digna de bestias demoniacas que ningún autor de ficción pudo haber imaginado. Además de la profanación de sus cuerpos, a los muertos no se les garantiza justicia, pues el mal gobierno inmediatamente los cataloga como “miembros del crimen organizado” y su muerte archivada en el olvido de la Procuraduría General de la República. La gran mayoría de ellos son jóvenes entre 15 y 35 años, y de su muerte no hay ni habrá ningún culpable. Simplemente por razones aritméticas la injusticia está garantizada, la cantidad de muertos ha sobrepasado la cantidad de agentes encargados de homicidios.

Hoy, recordando la muerte del jóven Sicilia y de los otros miles de jóvenes mexicanos, le exigimos a todos los niveles de gobierno:

1.- Que si no puede garantizar su deber constitucional de otorgar seguridad y empleo digno a los jóvenes mexicanos, que renuncien, ¡Que se larguen! y que se convoque inmediatamente a nuevas elecciones.

2.- Que si deciden seguir en su cargo público, que se sustituya inmediata y totalmente la estrategia miope de la guerra –por que esto es una guerra- contra las mafias, por una estrategia integral que involucre a la Secretaría de Salud, a la Secretaría de Hacienda y a la Secretaría de Relaciones Exteriores.

3.– Que demanden de Estados Unidos un compromiso absoluto e inmediato de combate al lavado de dinero, al tráfico de drogas y a la regulación de compra-venta de armas que impunemente se lleva a cabo en SU territorio. De lo contrario, hay que dejar que la bestia se desborde por las fronteras y que Estados Unidos se infecte de su rabia. Las blancas sonrisas de Obama, las porras de Clinton y los regaños de Napolitano no sirven de nada para terminar esta guerra.

Porque todos somos mexicanos, cada muerto es un herman@, padre, madre, prim@, hij@ o vecin@ nuestro. No hay que esperar a que un tentáculo de esta guerra mal pensada nos desgracie la vida para hacer algo, lo que sea, pero algo.

Posted in: Resistencia